miércoles, 21 de julio de 2021

¿Inmunización a la cotidianeidad?

 Esta pandemia ha traído múltiples maneras de ver nuestra vida. En mis actividades docentes, las cosas no volverán a ser igual. Muchos creen que volveremos a lo mismo, al cafecito, a las reuniones con mas de tres integrantes. No, no volverá a ser igual. Inclusive los alumnos en esta generación que partió, vió su aprendizaje con otros ojos. Pareciera que no aprendió, pareciera que todo lo hizo al vapor. Pero si dedicó el tiempo y todos sus sentidos a este nuevo mecanismo de aprendizaje, si logró aprender. 

Nuestras escuelas han tenido severos cambios: sismos, inundaciones, robo, invasiones, falta de mantenimiento, abandono. No es culpa de los docentes, no somos responsables de estos actos, de estas acciones, no son culpables los alumnos, ellos son los menos responsables de estas condiciones. Si bien es cierto, las autoridades juegan un papel importante en el cuidado y mantenimiento de los inmuebles, pero es también corresponsabilidad de los padres de familia. Cuidar nuestras escuelas es cuidar de nuestro hogar, porque es el sitio donde nuestros hijos conviven, aprenden y se relacionan con los demás.

Nuestro aprendizaje docente, nuestra capacitación se volvió virtual, se volvió obligatoria, se transformó en una manera de aprender a través de lecturas, videos, chats, cuestionarios, constancias, etc. Algunos lo vieron como algo natural y que se veía venir. Sin embargo al paso de los meses nos dimos cuenta que había llegado para quedarse, porque todo lo hacemos a través de una plataforma, de un disco duro, de un drive y almacenamiento, de una pantalla y un horario establecido que en ocasiones se transformaba a todo el dia sin hora fija.

Todos nos tuvimos que actualizar, armar de materiales, de herramientas, de voluntad para hacer frente durante todo este ciclo escolar 2020-2021 a una enfermedad que no ha dado el rostro verdadero. No podemos negar que la ciencia sigue de rodillas ante este virus que ha causado daño a todo el mundo, no ha medido su daño por condición social, económica, cultural, fronteras, ha sido aniquilante.

Hoy día, las recomendaciones son las mismas desde hace ya casi un año, el uso de cubrebocas, el uso de gel anti bacterial, evitar acudir a sitios concurridos y guardar la sana distancia. Quizá no se han cubierto todas de manera puntual, pero no por falta de interés, sino por mera necesidad. Para quienes no han respetado todas las indicaciones por ignorancia o falta de responsabilidad en algo que nos causa daño a todos.

Una esperanza surgió en estos meses, la aplicación de la vacuna. A este respecto existen muchos puntos de vista, desde los que no creen y se manifiestan agnósticos; y han traído consigo el contagio no solo del virus, sino de la idea de que la vacuna no sirve. Es una actitud perjudicial para la sociedad si consideramos que es la única respuesta a nivel mundial para aminorar los efectos de la enfermedad que causa este virus.

Nuestro país ha tenido la aplicación del inmunológico de forma ordenada, por edades, y es ahora donde los jóvenes son quienes tienen el turno y debemos confiar en que se vacunarán, porque posteriormente vienen los menores de edad, los niños, los adolescentes y hasta los bebés.  Una esperanza es que todos nos encontremos vacunados y hacer una especia de rebaño, para crear más anticuerpos en todos los individuos y reducir la potencia y efectividad del virus.

El nuevo orden mundial no viene de otros países, no es de otra nación; es de nosotros mismos, de nuestro cambio en nuestra forma de pensar, de ser y de actuar. Porque ya lo estamos haciendo desde hace algunos meses. Parte de lo que creíamos inalcanzable o que se tardaría mucho en realizar, hoy ya se lleva a cabo sin ningún problema. El uso de las nue
vas tecnologías se ha transformado en un aliado en lugar de un enemigo; si bien no todos tienen acceso a las nuevas tecnologías, lo que debemos tener presente es el análisis critico de un fenómeno sanitario que no esperaba nadie.

Recibí una gran cantidad de palabras de aliento y agradecimiento por parte de los padres de familia de mi grupo tutorado, de mis alumnos. Generación 2018-2021 Profr. Rogelio Ramírez Martínez. Les estoy muy agradecido por tan bellas palabras, porque son muestra de la dedicación que le brindo a mi trabajo, el cual siempre es de calidad. Gracias. No es un adiós sino un hasta pronto. Profr. Eloy Eduardo Vázquez Piña. Consumatum Est.

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